Esperanza, El Municipio

Muy distinto a la mayoría de los nombres de las provincias, municipios, secciones, parajes y aldeas que conforman la historia de la República Dominicana, el municipio de Esperanza conserva raíces fenomenológicas en distintas épocas que galardonan la narración de sus episodios en todo su devenir histórico.

Varias centurias separa a la historia de su fundación como ciudad actual, a la de aquellos vestigios de la última décadas de 1400, donde este espacio terrenal pertenecía al dominio del cacique más imponente de la isla, Caonabó, establecimiento de los europeos en la época denominada como el Descubrimiento de América, así como también con la formación de pequeñas células grupales que inmigraban con frecuencia de un lugar a otro, una por obligación impuesta por la corona y otra por necesidad, y que se asentaron durante el siglo XVIII.

Es a partir de las primeras décadas del siglo XIX cuando comienza a tener un matiz de pobladores más organizados en pequeñas agrupaciones dispersas, y a mediados de 1900 con la instalación del ingenio de Esperanza se organiza aun más, en Esperanza Caña y Esperanza Pueblo.

Así como los antiguos pueblos y ciudades del mundo tienen sus mitos, los aldeanos de esta crearon los suyos. Pues se recoge en el saber y decir popular que el nombre que hoy lleva este municipio le fue dado por el Descubridor del Continente Americano, el intrépido e insigne navegante italiano, Cristóbal Colón, quien servía a la corona española. En el primer viaje del descubrimiento, cuando este se aprestaba a reconocer la isla, después de haber fundado el “Fuerte Navidad” vio un insecto de color verde, de la familia de los coleópteros, de los que las gentes comúnmente denominan esperanza y que en tal virtud dijo “¡Hay Esperanza!” y fundó un fuerte con este nombre, que más tarde sería el nombre que adoptaría en su fundación como municipio político.

Otro episodio mitológico sobre el nombre del municipio es, que después de construido el “Fuerte Navidad, en uno de sus viajes posteriores el Gran Navegante decide explorar las zonas aledañas a este fuerte y después de lograr la travesía de la difícil cordillera septentrional, se asombra de la gran llanura, la que había y explora. Se adentra en busca del más preciado líquido para la vida —el agua— y que le favorecía en su misión, pero no lo encontraba, y aun mantenía la creencia que entre dos montañas algo debía correr, y es así cuando al llegar a la ribera del caudaloso Yaque, (río del Oro) exclama “Aun, hay Esperanza para la vida” y de hay su nombre de Esperanza a esta comunidad.

Fuera del ámbito mitológico y con bases históricas comprobadas, con nuestros historiadores, el nombre Municipio de Esperanza, tiene su génesis en el episodio secuela del descubrimiento de América denominado “la Factoría Colombina” la que fue fundada por la corona española para ser aplicada en la isla como medio de representación, protección y captación del botín apreciado de la época y que aseguraba la economía de la Corona en los críticos momentos en que se tambaleaba el imperio.

He aquí las bases históricas fehacientes del nombre de Esperanza y su primera ubicación.
Al llegar en su segundo viaje Cristóbal Colón, después de comprobar el exterminio de los habitantes del Fuerte de la Navidad, decidió fundar una villa de españoles. El esquema colonizador se basaba en el matrimonio de la separación de españoles e indígenas. Los primeros, asentados en villas y fuertes, debía construir la base para nuevas expediciones de descubrimientos y recates.

La explotación de los indios se realizaría a través del pago de tributos de la corona sobre todo oro. Para esos fines, Cristóbal Colón fundó la primera ciudad del nuevo mundo, que llamó “La Isabela”, el 2 de enero de 1494 y el día 6 celebró la primera misa a cargo de 13 esclesiásticos.

La villa fue fundada cerca de la desembocadura del río Bajabonico, próximo a los montes del Cibao, a fin de facilitar el rescate y la extracción del oro.

Tan pronto dio los pasos indispensables para la organización de la vida del centro colonizador en la Isabela, y después de superar muchísimos problemas como lo fue la falta de alimento, la adaptación al nuevo ambiente, enfermedades, insurrecciones, entre otros, Colon dispuso dos expediciones de exploración.

Estas expediciones fueron dirigidas al interior de la isla, tras la cual el mismo dirigió una tercera que culmino con la fundación del primer fuerte en el interior de la misma con fines de control militar y económico de la isla en la zona de los montes del Cibao.
Luego de esto pormenores, el descubrimiento marcho en un nuevo viaje de descubrimiento por la isla de Cuba, la que creyó ser tierra firme del continente asiático, y en este viaje descubrió a Jamaica.

Sojuzgamiento de taínos – Factoría Colombina
Los viajes de exploraciones eran difíciles y pocos rentable a causa de los exijo de la existencia de Oro en la isla antillana. Entre las diversas islas donde más oro se recogía era la Española, por lo cual Colon decidió concentrar su esfuerzo iniciales en el sojuzgamiento de la población indígena.

El objetivo era obligarlo a rendir pesado tributo en ese metal, pues advirtió que la existencia de oro de los Taínos era pequeña y que el rescate debía ser abandonado y pasar el cobro coactivo de tributos.

Para ello necesitaba crear una estructura militar que hiciera posible tal objetivo. Concibió la necesidad entonces de organizar una red de fortalezas en el interior de la isla a partir de emplazamiento costero de la Isabela.

En esos años fundó los fuertes de Santo Tomas, Magdalena, Esperanza, Concepción y Bonao, objetivo que se logró entre 1494 y 1497 durante la gestión de su hermano de su hermano Don Bartolomé Colon.

La fundación de estos fuertes era acompañada por el sojuzgamiento militar de las autoridades tainas. Con estos movimientos se da origen a la factoría colombina.

El primer periodo de la factoría colombina basada en el rescate del oro y la eventual ventas de esclavo indio duro un año (1493 – 1494), ya que a partir que a partir de la batalla de la Vega Real, dando inicio a un nuevo periodo (1494 – 1497), que consistió obligar a los indios mayores de 14 años a otorgar un cascabel de flan lleno de oro o una arroba de algodón.

La factoría fue el primer signo de esclavitud impuesta a los pueblos origianrios, así como un inhumano instrumento demoledor de su integridad física y moral. Demás esta añadir que los indígenas se vieron imposibilitados de cumplir con el tributo, porque en la isla no hubo el oro que los españoles llegaron a creer ciegamente que existía.

En el área circundante al centro poblado de Esperanza el almirante Cristóbal Colón, en su segundo viaje al Nuevo Mundo, en el año 1494, funda la fortaleza Esperanza. Al año siguiente, el adelantado Bartolomé Colon funda al pie de la fortaleza una aldea con el mismo nombre, la que fue perdiendo vigencia porque sus moradores iban emigrando hacia Santiago y la Isabela llegando a su total extinción para los años 1500 y 1504.

Este centro poblado deja de existir por un siglo y vuelve a aparecer un caserío y un hato por los años 1605 – 1607; cuando la destrucción de las ciudades: la red de Guajaba, puerto real de Ballaja, Monte Cristi y Puerto Plata, durante el gobierno de Antonio Osorio, esta población fue obligada a emigrar a la parte sur del país, y la que no acepta esta orden es la que funda el Hato Esperanza, entre otros, siendo este el lugar que ocupa el Municipio de Esperanza hoy día.

El 19 de junio de 1875 es elevado el Hato de Esperanza a Puesto Cantonal, dependiendo de la provincia de Santiago de los Caballeros, mediante el decreto No. 1433; más tarde es convertido en Común de la misma provincia, al ser dictada la constitución política del 9 de septiembre de 1907, la que abolió la denominación de Puesto Cantonal.

La conversión de Esperanza en Puesto Cantonal se originó por una petición elevada por los habitantes del poblado y sección, dirigida al Congreso Nacional apoyada por el gobernador de la provincia de Santiago.

Al crearse la provincia Valverde mediante la Ley 4882 del 27 de marzo de 1958 el municipio de Esperanza queda segregado de la Provincia de Santiago de los Caballeros a partir del 1 de enero de 1959 y pasa a formar parte de la nueva provincia, conjuntamente con una parte del municipio de Guayubín, que forma el distrito municipal de Laguna Salada, dependiente del municipio de Esperanza, que con el Municipio de Mao forma la provincia.

Se deduce con fe histórica que el nombre que sustenta este municipio tiene su simiente en los albores del descubrimiento de la Isla de Santo Domingo con la fundación de la red de fuertes construidos por los españoles con su objetivo específico y virtuales secuelas.

El fuerte Esperanza fue erigido en un promontorio en la proximidad de la confluencia Amina – Yaque y Mao – Yaque por ser un punto estratégico para la doble misión, la primera es de supervivencia y la segunda, la que dio origen a la factoría colombina la de captar el tributo originario.

Población

42.169 habitantes.

Localízanse al norte de Esperanza los linderos de la Provincia Puerto Plata, en la cima de la Cordillera Septentrional, al Sur el paso del Río Yaque del Norte, haciendo contacto con la limítrofe del Distrito Municipal de Amina, al Este el Municipio de Navarrete perteneciente a la provincia Santiago de los Caballeros y al Oeste los Municipios de Mao y Laguna Salada.

Latitud: 19º 35′ N
Longitud: 071º 00′ O

La extensión territorial es de 219.70 km², los cuales en su relieve denotan una extensión mayormente llena e irrigable por las aguas que sustraen los canales del Yaque del Norte construidos por el Estado Dominicano para tales fines. Sus tierras están dedicadas a una diversidad de cultivos tales como arroz, plátano, guineo, café y cacao, entre otros frutos menores.

Flora

Una serie de árboles nativos y exóticos conforman su flora, entre los que se destacan el grayumbo, guatapanal, frijol, bayahonda, acacia, laurel, nim, así como maderas preciosas la caoba, roble y cedro, etc.

Fauna

La cigua palmera, ave nacional, madan sagá, garcilan, gallineta, gallareta, tórtola, pájaro carpintero, lagarto, culebra, ganado vacuno, caprino y porcino, sapo bogaert y toro, entre otros describen la riqueza de su fauna.

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